Un enfoque multidisciplinar es clave para el tratamiento

La disfagia, o dificultad para tragar, es un problema común en pacientes con enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o el Alzheimer. A medida que estas enfermedades progresan, los músculos encargados de la deglución se ven afectados, lo que incrementa el riesgo de malnutrición, deshidratación y neumonía por aspiración. Un enfoque multidisciplinar que integre a diferentes especialistas resulta esencial para ofrecer una atención integral y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Evaluación y diagnóstico: El papel del neurólogo

El neurólogo tiene un rol crucial en la identificación temprana de los signos de disfagia en pacientes con enfermedades neurodegenerativas. A través de evaluaciones clínicas y pruebas diagnósticas como la videofluoroscopia o la endoscopia, se puede determinar el grado de afectación neuromuscular. Esta evaluación inicial permite orientar el tratamiento y coordinar al resto de los profesionales implicados, como logopedas y nutricionistas.

Intervención logopédica: Rehabilitación de la deglución

El logopeda es el encargado de realizar la evaluación funcional de la deglución y desarrollar planes de intervención personalizados. En pacientes con Parkinson o ELA, por ejemplo, se utilizan técnicas de reeducación muscular como la maniobra de Mendelsohn o el ejercicio de Masako. Además, el logopeda enseña técnicas compensatorias, como el uso de posturas específicas para facilitar el paso de alimentos y líquidos, ayudando a reducir el riesgo de aspiración.

Soporte nutricional: El papel del nutricionista-dietista

Es esencial para manejar cada caso específico de disfagia desde el punto de vista nutricional. A medida que los pacientes presentan dificultades para ingerir alimentos sólidos o líquidos, es necesario adaptar las texturas de los alimentos y garantizar una dieta equilibrada que cubra sus necesidades energéticas. En algunos casos, se requiere el uso de suplementos nutricionales o la administración de alimentación enteral para evitar la desnutrición.

Trabajo en equipo: Un enfoque integral

La coordinación entre neurólogos, logopedas y nutricionistas es clave para el éxito del tratamiento y la mejora de la calidad de vida de cada paciente. La comunicación constante entre los diferentes profesionales permite ajustar el tratamiento de manera dinámica, según la evolución del paciente. Además, la colaboración con el equipo de enfermería y cuidadores asegura que las recomendaciones se implementen correctamente en el entorno diario del paciente.